La teoría del cambio constante no es nueva. Ya en la antigua Grecia, Heráclito postulaba que “lo único constante es el cambio”, y su filosofía se mantiene vigente. Durante las últimas décadas, la velocidad en que ocurre este “cambio constante” se ha ido acelerando, empujado por los avances tecnológicos, planteando desafíos a las organizaciones de ir acomodando sus métodos y procesos de trabajo.
Así, es común hoy hablar del entorno VUCA. Este acrónimo incorpora los conceptos de Volatilidad, Incertidumbre (Uncertainty en inglés), Complejidad y Ambigüedad para definir las características del entorno en el que las empresas se desenvuelven, lo que añade una mayor dificultad para los líderes de las compañías al momento de gestionar sus equipos. Si el entorno cambia constantemente, el impacto que se genera en la organización obliga a mantener en un estado de alerta a sus directivos, buscando frecuentemente oportunidades de mejora, y de gestionar a través de la comunicación la ansiedad que los cambios pueden producir en las personas.
Entonces, ¿qué debe hacer la empresa? A continuación se presentan algunos puntos que debieran considerarse en las empresas para enfrentar con mayores probabilidades de éxito un entorno VUCA:
- Fortalecer la visión de la empresa
La convicción y compromiso de las personas con el propósito de la empresa es fundamental para establecer la resiliencia necesaria para enfrentar períodos de cambios. Ante la ambigüedad, son la visión y los valores corporativos los bastiones que debieran ayudar a quienes deben tomar las decisiones a guiar a la organización en la senda apropiada.
- Revisar la forma en que se toman las decisiones
Muchas empresas no son conscientes del proceso que tienen para la toma de decisiones, de modo que es común que este tipo de proceso se genere de manera informal y se encuentre arraigado en la cultura interna. Hacer frente a un entorno que puede variar rápidamente requiere agilidad en la toma de decisiones, por lo que es altamente recomendable, por lo menos, hacer un diagnóstico en esta materia y evaluar si se deben realizar ajustes.
- Mecanismos de alerta temprana
Estar atentos al entorno es fundamental. Establecer mecanismos de alerta temprana y reportabilidad que permita contar con información en tiempo real, puede ser de mucha ayuda. Sin embargo, es necesario comprender que en un entorno incierto, es muy probable que no se cuente siempre con información completa para tomar decisiones, por lo que el punto anterior debe considerar también la falta de información como parte del proceso.
Mantener una mirada amplia y desde afuera es importante para evaluar tendencias y lograr tener una visión más completa de cómo el entorno puede afectar a la organización.
- Evaluar las capacidades de la empresa y de las personas
Esta debe ser una preocupación constante por parte del equipo directivo y no solo en tiempos complejos. La estrategia debe ser planificada teniendo en cuenta el alcance de lo que puede realizar la empresa y desarrollando las capacidades que sean necesarias para llevarla a cabo.
- Capacitar a las personas para desarrollar las competencias necesarias en esta nueva realidad
A nivel individual, es imprescindible desarrollar las competencias necesarias para agregar valor a la compañía en este escenario. El trabajo colaborativo, la flexibilidad y las habilidades comunicacionales son indispensables para poder liderar equipos en un entorno incierto. La forma de liderar cambió y requiere nuevas habilidades que se deben desarrollar si es que las personas no cuentan con ellas.
El entorno VUCA parece ser un elemento central en la nueva realidad. La pandemia, el proceso constituyente y la guerra en Ucrania, son solo algunos de los hechos que dan cuenta de ello, y nos obligan a pensar en qué es lo que deben hacer las empresas para hacerle frente. Como suele ser en tiempos de incertidumbre, no existe una receta única. Sin embargo, adoptar las medidas mencionadas debiera aumentar las posibilidades de éxito. La flexibilidad y resiliencia de una organización pueden ser desarrolladas y debieran ser, por lo menos, motivo de preocupación de los equipos directivos de las empresas.
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