Frigyes Karinthy describió, en 1930, su teoría de los “Seis Grados de Separación”, en la que enunciaba que dos personas desconocidas estaban conectadas a través de los contactos de 6 personas en cualquier parte del mundo. Hoy, debido al desarrollo de Internet y Redes Sociales, hay teorías que apuntan a que estamos, en promedio, a 4 conexiones de distancia. Con la eliminación de las barreras de la distancia gracias a la tecnología, estas cifras, desarrolladas en un ámbito teórico, puedan traducirse en contactos y relaciones reales. Quizás por ello, el concepto del Networking, o manejo de redes de contacto, ha sido ampliamente desarrollado en las últimas décadas.
La actividad del Networking no es más que el ejercicio práctico de conectar con personas y establecer un nivel de involucramiento que facilite el intercambio de información, ideas y la colaboración. En este sentido, se podría decir que constantemente estamos haciendo Networking, y lo hacemos de manera espontánea. Para algunos puede resultar más fácil y natural que para otros, pero en algún grado todos realizamos Networking. Siendo así, y teniendo en cuenta el gran potencial que ofrece la tecnología y redes sociales, resulta conveniente ponerlo al servicio del desarrollo profesional. Para esto, se pueden describir 3 dimensiones en las que el Networking puede tener un impacto significativo:
- Acceso a nuevos conocimientos e información en general
Interactuar con otras personas permite acceder a información que puede ser muy útil si se desea enriquecer conocimientos respecto de una materia en específico. Si se hace con colegas, permite, además, estar alerta al contexto donde se trabaja conociendo de manera más amplia las necesidades de distintas áreas de la empresa, clientes e incluso de proveedores. Interactuar con personas de empresas de la competencia permite estar al tanto de las cosas que están ocurriendo en la industria y anticiparse así a situaciones que pudieran requerir la atención de la propia empresa. En este sentido, hacer Networking puede ayudar a tomar mejores decisiones y a mejorar el desempeño en general, favoreciendo también el trabajo colaborativo. Es importante tener en cuenta que mientras más alto se está en la pirámide jerárquica dentro de las organizaciones, más relevancia toma el hacer Networking.
- Posicionamiento profesional
El Networking permite tener vigencia y mayor visibilidad. En la medida en que se interactúa con otras personas, ya sea presencialmente o a través de RR.SS., se facilita la promoción de la marca personal. Esto se puede direccionar con el objetivo de posicionarse como experto en alguna materia en un determinado grupo de interés. Dentro de la organización, da más visibilidad en general, facilitando así el desarrollo de la carrera profesional.
- Oportunidades de trabajo
Hay estudios que mencionan que dependiendo del nivel del cargo, hasta el 80% de las oportunidades laborales no llegan a publicarse y por ende se encuentran “ocultas” en el mercado laboral. Para acceder a ellas, resulta necesario realizar Networking. Tanto así, que prácticamente todas las empresas que ofrecen servicios de outplacement ―empresas que prestan servicios de asesoría a personas que se encuentran en procesos de búsqueda laboral― hacen mucho hincapié en esto y, en general, ofrecen metodologías para gestionar las redes de contacto de tal manera de hacer más efectiva la búsqueda de trabajo y acortar los períodos de transición laboral.
Ahora bien, dependiendo de la etapa profesional en la que se encuentre cada uno, algunas de estas dimensiones debieran ser consideradas con mayor atención. Sin embargo, es altamente probable que durante la carrera profesional, las 3 deban ser atendidas y desarrolladas, por lo que es recomendable no descuidar ninguna de ellas por completo, particularmente la de las oportunidades laborales.
En definitiva, el Networking está basado en la colaboración entre las personas. Los avances en la tecnología y las RR.SS. facilitan mucho el poder desarrollarlo y se ha convertido en una actividad fundamental para el crecimiento profesional. Hacerlo de manera metódica y consciente aumenta las probabilidades del éxito profesional.
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