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Gobernanza Digital en Salud: Ahora es cuando

Chile adolece de Gobernanza en Salud Digital. Y eso hoy es una desventaja para atender de manera más eficiente los problemas de salud, en particular los derivados de la crisis sanitaria actual.

Según la RAE, Gobernanza es “El arte de gobernar que se propone como objetivo el logro de un desarrollo económico, social e institucional duradero; promoviendo un sano equilibrio entre el Estado, la sociedad civil y el mercado de la economía”.

Las TIC, por otra parte, contribuyen a la transformación de un sistema de salud cuando se incorporan a su cadena de valor, y se constituyen en un instrumento fundamental para la planificación, gestión y evaluación de la asistencia sanitaria, pero sobre todo para la asistencia misma, convirtiéndose así en un instrumento clínico propiamente tal. Todo esto constituye la base de lo que los especialistas en TI denominamos Transformación Digital en Salud. Y según la OMS/OPS “esta transformación precisa una nueva forma de gobernanza”: la Gobernanza de la Salud Digital.

Esta se define como “el ejercicio de las autoridades políticas, económicas, administrativas y técnicas para la gestión de todo lo relacionado con el sistema de información de salud, y en todos los ámbitos de un sistema nacional de salud”. Esta nueva gobernanza debe incluir aspectos de derechos, normas, responsabilidades y riesgos en áreas como internet y salud, utilización de los datos de salud y sistemas de información.

La Gobernanza de la Salud Digital se dirige entonces hacia la mejora de la calidad, eficiencia y efectividad de los servicios de salud y en general del sistema nacional de salud.

Ahora bien, Chile adolece de Gobernanza en Salud Digital. Y eso hoy es una desventaja para atender de manera más eficiente los problemas de salud, en particular los derivados de la crisis sanitaria actual.

Resulta difícil comprender, para el ciudadano digital en el que todos nos hemos convertido, que el Estado de Chile no haya y no esté utilizando las tecnologías de información y comunicación para hacer frente a los efectos de la calamidad sanitaria producida con la llegada del COVID-19 y todas sus secuelas. No nos equivocamos si declaramos que la mayoría de los problemas que evidenció la pandemia, tales como trazabilidad, atención oportuna, identificación de poblaciones críticas y de alto riesgo, y la gestión adecuada de datos, podían ser resueltos con un uso eficiente de las tecnologías de información. Otros países lo hicieron.

Hoy soplan vientos de cambio en nuestro país. Nuevas formas de organizarnos y paradigmas se están instalando. Entre ellos cobra relevancia la colaboración, la horizontalidad y la generosidad de lo colectivo para abordar temas complejos. En un mundo cada vez más interconectado, se hace difícil conducir la gestión de una organización de manera aislada, sesgada y unilateral: necesitamos de los otros.

Siempre hablamos de la importancia de la colaboración público-privada, pero pocas veces la materializamos, pues aún existe mucho recelo entre unos y otros.

Debemos dejar este recelo atrás y articular, como ya lo han hecho otros, una Agencia Autónoma de Salud Digital en la cual estén convocados todos: Gobierno, sector privado (tanto prestadores como empresas de TI), la Academia, el Colegio Médico, sociedades científicas, gremios de funcionarios y muy especialmente nuestros usuarios y pacientes. Y desde ahí generar una gobernanza que defina los mecanismos, los procesos e instituciones mediante las cuales todos los involucrados, así́ como todas las partes interesadas articulen sus intereses, ejerzan sus derechos, cumplan con sus obligaciones, resuelvan sus diferencias y supervisen el funcionamiento del desarrollo de la salud digital de nuestro país.

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Asesor en Gestión TI para Hospitales y Transformación Digital en Organismos Públicos.

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