Uno de los tantos motivos que nos llevan a pensar en recurrir a las TI para solucionar los problemas de los Servicios de Salud, es la aguda fragmentación de información que existe, lo que no permite la identificación y trazabilidad de los datos clínicos de un paciente.
Diversos informes elaborados por paneles de especialistas han concluido que el mundo público y el privado no comparten entre sí información demográfica, así como de exámenes y diagnósticos de los pacientes, lo que hace que se pierda la oportunidad de una buena gestión de la demanda de especialistas o el libre acceso de los pacientes a su información clínica. La paradoja es que cada vez estamos desarrollando tecnología más sofisticada para resolver este problema y, sin embargo, éste sigue estando ahí. Por lo tanto, ¿qué es lo que no estamos viendo?, o ¿qué no estamos haciendo?
Recuerdo que mis profesores de la cátedra de Sistema de Información en la universidad, siempre recalcaban que las TI se incorporan a una organización con el fin de hacer más eficiente su funcionamiento, y para ello es necesario observar la cultura organizacional, los procesos, procedimientos y modelos de trabajo con los cuales esa organización opera. Son estos elementos los que apalancaran la instalación de las tecnologías de información y no al revés. En buen chileno, no hay que poner la carreta delante de los bueyes.
Chile, como miembro de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), ha adoptado el modelo propuesto por ella para el funcionamiento de los establecimientos hospitalarios, denominado Redes Integradas de Servicios de Salud (RISS). Este modelo busca entregar a las redes de establecimientos hospitalarios públicos, una forma y una lógica de funcionamiento basada en la coordinación e integración de todos los elementos administrativos, logísticos, clínicos, asistenciales y de información que dan soporte a la atención de los pacientes, y su finalidad es cumplir con la máxima de tener al paciente en el centro de la atención.
Según la OPS, la RISS es una red de organizaciones que presta, o hace los arreglos para prestar servicios de salud equitativa e integral a una población definida. Y lo hace proponiendo un modelo de funcionamiento que se basa en 4 ámbitos: Modelo Asistencial, Gobernanza y Estrategia, Organización y Gestión, y Asignación e Incentivos.
Pues bien, uno de los temas identificados que pretende resolver el modelo propuesto por la RISS es, precisamente, el de la fragmentación. O “la coexistencia de varias unidades o establecimientos no integrados dentro de la red sanitaria asistencial”. Es decir, según la RISS, en la medida que nuestros establecimientos sanitarios públicos no estén integrados, tendremos fragmentación en la atención y, por consiguiente, en el manejo de los datos y la información clínico-asistencial de los pacientes.
Cada vez que el Ministerio de Salud, a través de la Subsecretaria de Redes Asistenciales, emite una norma técnica para el funcionamiento de la Red, lo hace declarando su adhesión al modelo RISS, describiendo cómo la norma técnica emitida incorpora los ámbitos y atributos de este modelo. Con esto, el ente rector envía un mensaje a toda la comunidad sobre la forma de funcionamiento que deben tener los establecimientos sanitarios públicos de nuestro país y, por ende, implícitamente llama a todos los usuarios, internos y externos, a estudiar el modelo, instalarlo, respetarlo y a hacerlo suyo.
Entonces, si existe una solución, ¿por qué persiste el problema de la fragmentación y la segmentación de información en los Servicios de Salud? Por la falta de adhesión al modelo RISS por parte de los establecimientos hospitalarios. Y esto obedece a tres razones fundamentales: Ausencia de liderazgo para llevar adelante la incorporación del modelo en la organización; ausencia de una estrategia de desarrollo organizacional que incorpore al modelo RISS como base del funcionamiento de la organización; y desconocimiento del modelo RISS por parte de la organización en su conjunto.
Hoy, en un contexto en donde todas las señales del mercado, tanto de salud como de las TI, apuntan a la transformación digital en salud, no es necesario inventar la rueda. Simplemente se requiere, primero, que todos los que estamos tras la gestión de los establecimientos hospitalarios nos declaremos firmes partidarios, impulsores y promotores de la materialización de la RISS en los Servicios de Salud. Y luego, que las empresas de tecnologías que se dedican al desarrollo de aplicaciones para resolver el problema de información fragmentada en salud, incorporen en su lógica de diseño, desarrollo e implementación el modelo de trabajo propuesto por la RISS. No hay que olvidar que la tecnología adquiere su mayor sentido cuando habilita la implementación de transformaciones en los procesos de negocio.
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