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La 2ª venida de la capacitación online. Y esta vez, se queda

El mercado de la educación y capacitación online nunca gozó de mucho reconocimiento, y tuvo que esperar a las condiciones excepcionales y al golpe de realidad que la pandemia del COVID-19 supuso, para vencer la resistencia que provocaba. Gracias a metodologías de enseñanza realmente innovadoras, de las que instituciones tradicionales deberían beber si quieren sobrevivir de cara al futuro, la capacitación online genera un verdadero impacto en los participantes y hoy está lista para ocupar el sitial que se merece.

Muchos sectores de la economía nacional se han visto impactados por la crisis económica generada por la pandemia del COVID-19. No es necesario ahondar mucho más en eso. Sin embargo, allí, donde condiciones como la falta de movilidad y el extensivo uso de internet han obligado la provisión de ayudas adicionales para mantener negocios y empleos, han surgido múltiples oportunidades e iniciativas que han sabido utilizar a su favor esas mismas condiciones.

Uno de los mejores ejemplos es lo sucedido con el mercado de la capacitación online. Es cierto que muchas universidades y centros de estudios hace años que vienen coqueteando con modalidades blended o mixtas para diversos programas. Algunas, incluso, se atrevieron a diseñar programas 100% online. Y otras, más osadas, derechamente crearon instituciones virtuales. Estas experiencias han corrido con dispar suerte, pero en general todas han debido hacerle frente a su falta de reconocimiento, principalmente por prejuicios instalados que cuestionan la “calidad” de la experiencia enseñanza-aprendizaje de dichas iniciativas.

Hoy, ninguno de esos pensamientos retrógrados parece importar mucho. Primero, porque la calidad de un programa es una cuestión que depende de múltiples factores. Segundo, porque la realidad dictó sentencia y la pandemia se encargó de validar la modalidad en línea ―sino ¿de qué otra forma se podían ofrecer los programas educativos?―. Y tercero, porque su propia naturaleza hizo relevantes aspectos que, antes obvios, están a la base de los nuevos tiempos.

La educación online ofrece una oportunidad única a los participantes de compartir experiencias desde distintos puntos geográficos y realidades sin moverse de sus hogares. El profesional que participa de los programas tiene el control de su tiempo y de sus recursos, y puede escoger el mejor camino de aprendizaje de acuerdo con sus preferencias y capacidades desde cualquier lugar y a cualquier hora.

Este modelo de educación, como otros, brinda la chance de actualizar conocimientos. Pero dadas sus características específicas, también tiene la particularidad de presentar una oferta de primer nivel para quienes necesitan conocimientos acotados de forma rápida, expedita y aplicable a la esfera laboral. Es decir, es un modelo que apunta fundamentalmente a la creación de competencias necesarias para el día de hoy, cuestión que los modelos presenciales no pueden ofrecer y, dada la lentitud con que generalmente se actualizan sus mallas, menos pueden garantizar. Este aspecto, altamente necesario en tiempos de incertidumbre económica y laboral, es uno de sus principales atributos.

Y, contrario a lo que comúnmente se cree, la educación virtual ―al alero también de las nuevas tecnologías― sí permite una interacción social, mas no física, entre profesores y alumnos, pues en esa búsqueda de validación, los centros de capacitación online han debido desarrollar estrategias innovadoras de enseñanza por medio de modelos educativos que muchas veces son más cercanos, amigables y prácticos que los que proponen los paradigmas tradicionales de educación.

En definitiva, la educación online llegó para quedarse. Y ya es prehistórico mirarla de reojo, por sobre el hombro y en menos. Cada vez irá adquiriendo más preponderancia porque la promesa de reunir, a un click de distancia, a excelentes académicos dictando clases desde diversas latitudes con estudiantes de regiones tan distantes como el Continente Antártico y Rusia, pasando por España y EE.UU. ―que de otra forma serían muy difícil de reunir―, mediante modelos de gestión y pedagogía sumamente atractivos, novedosos, atingentes y flexibles, posibilitando la creación de instancias de discusión e intercambio de experiencias y conocimientos en una dinámica cercana, generando en esta experiencia un compromiso real de aprendizaje, es una realidad que hoy ya no podemos obviar más.

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Director del Centro de Estudios Estratégicos y de Negocios

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