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Brecha salarial hombre-mujer: Más allá de la discriminación

Es importante recalcar que la brecha salarial no puede ser abordada desde solo una variable. Son muchos los factores que impactan en los ingresos de una persona durante su trayectoria laboral.

En los últimos meses se han publicado varios titulares indicando la amplia brecha salarial entre hombres y mujeres en Chile, a los cuales generalmente los proceden consignas relacionadas a la discriminación de género que son utilizadas por algunos grupos como reales bastiones de lucha en contra de la existencia de esta diferencia o bien indicando que la causa de ésta es, exclusivamente, la discriminación de género.

La brecha salarial, sabemos, es un hecho. Según un reportaje realizado por Radio Bío-Bío en marzo de 2021, el INE indicó que en 2018 el promedio de sueldo de los hombres fue un 27% superior al de las mujeres. Pero es importante aquí recalcar que este tema no puede ser abordado desde solo una variable. Son muchos los factores que impactan en los ingresos de una persona durante su trayectoria laboral ―que pueden ir desde temas estructurales, como la igualdad de oportunidades, hasta diferencias en las ocupaciones, intereses por una determinada área profesional y distintos tipos de personalidades― los que deben ser estudiados para comparar su influencia en este fenómeno.

Por ejemplo, considerando las preferencias por campos profesionales, tanto los datos del INE como los del Ministerio de Educación reflejan una clara tendencia de las mujeres por carreras en las áreas de la salud y la educación. Los hombres, en tanto, parecen preferir carreras más propensas al riesgo, como minería, la industria con los sueldos más altos en Chile, y la construcción, rubro que ofrece sueldos altos aún con un bajo nivel de estudios superiores. Antecedentes como este debieran ayudar a explicar ―al menos― parte de la brecha salarial.

Por otra parte, según un estudio citado en El Mundo de España en enero de 2012, se han identificado las principales diferencias entre las personalidades de mujeres y hombres. Mientras la sensibilidad, calidez y aprensión es más alta en mujeres, la estabilidad emocional, dominio, adherencia a las reglas y la vigilancia son más recurrentes entre los hombres. Estos factores pueden tener una incidencia relevante en un punto crítico en el proceso de contratación de personal, como la negociación salarial, o también influir en el nivel de ambición de los distintos profesionales, independiente de su género. Por supuesto que dentro del fenómeno de la diferencia de salarios este no es un factor excluyente, sino que puede ser más bien la evidencia de una tendencia que afecta a los promedios salariales de ambos grupos.

No obstante, es fundamental comprender que cada persona es única. Si bien es posible identificar atributos que pueden estar presentes con mayor frecuencia en un grupo u otro, es la agregación de todos ellos los que terminan definiendo a cada individuo. La elección del camino y desarrollo profesional termina siendo una decisión personal que expone a cada persona a más o menos dificultades y, en consecuencia, a un distinto nivel de ingreso.

Y asimismo, también se puede continuar profundizando en otros factores que en última instancia contribuyen, positiva o negativamente, en la brecha salarial y lo hacen en distinto grado, como la opción de la maternidad, el cuidado de los hijos y el trabajo doméstico ―que de todas maneras impacta el desarrollo profesional de las mujeres al obligarlas, en muchos casos, a hacer una “pausa” en su trayectoria laboral―. Lo relevante es entender que este complejo problema tiene distintas aristas para analizar y reducir a sólo una de ellas, como la discriminación o cualquier otra, la explicación total respecto a estas diferencias salariales probablemente sea insuficiente e induciría a un error. Es un tema que va más allá.

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Ingeniero Civil Industrial. MBA. Gerente de Recursos Humanos.

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